Cuando te enteras de que una persona es Campeona del Mundo y que su palmarés de 2017 es como para incluirlo en el Guiness de los récords, no sabes muy bien cómo recibirla, porque parece que hacemos ídolos de los deportistas y olvidamos su cara más atractiva, que precisamente no suelen ser los trofeos, sino todas las cosas buenas que tienen para compartir y enseñar.
Yo no me había hecho demasiadas expectativas sobre Paula, porque pensé que era mejor dejarme sorprender, y así fue: me sorprendí mucho. Para empezar, por su calma ante la entrevista, que es una situación desconocida para la mayoría de nosotros; pero ella estaba muy tranquila y dispuesta a hablar, no de su deporte, sino de su vida. Porque el triatlón es lo que lleva en su mente de una manera muy normal, sin aspavientos ni adoración desmedida, sino con la certeza de que hace lo que le gusta sin ninguna presión de su entorno.
Me gustó que recalcara eso en el coloquio, porque muchas veces se presiona a los y las deportistas desde niños para que practiquen una actividad en la que destacan, con el consiguiente aburrimiento o frustración o expectativas mal gestionadas.
Esa libertad de la que ella presume, es sin duda la clave para que se mantenga recta y disciplinada en lo que hace, con algo de sufrimiento a veces, pero que ella vive como algo propio de su desempeño, sin dramas ni tragedias, porque realmente el secreto está en saber enfocarse y dirigir toda la energía hacia ese punto.
Me encantó conocer a Paula. Le estoy agradecida por su cercanía y por mostrarme cómo vive su deporte, y espero volver a coincidir pronto con ella y que sea para felicitarla por un nuevo triunfo.
¡Gracias Paula!
carolperez.net 