Cuando crees que estás dando pero estás regateando

La forma «menos amable» (o al menos así la juzqué yo), que ha tenido la vida de mostrarme la Verdad sobre lo que es dar, fue cuando sentí cómo algunas personas dejaban de apoyarme porque ya no podían sacar ninguna contraprestación de nuestra relación.

Con contraprestación no me refiero simplemente a lo económico; también se engloban aquí otros gastos de tiempo, necesidad de exclusividad, palabras de admiración, elogios, etc (hay muchas maneras de «invertir» en las relaciones).

Aunque en un primer momento tuve el impulso de encadenarme al victimismo, sentirme utilizada y llorar por las esquinas, lamentándome por haber considerado que merecía (y esperaba) algo más, el estudio de UCDM y el trabajo con mi mente correcta me ayudó a encontrar en mí aquellas cosas que tanto me molestaban.

¿Dónde estaba jugando conmigo misma? ¿Cuándo estaba dando, no por el placer de dar, sino con la esperanza de obtener? Yo misma estaba cayendo en la trampa de esperar reconocimiento por parte de algunas personas que consideraba amigas.

Cuando te comprometes con el Curso sabes que no hay medias tintas: o estás en el miedo y todo lo que genera, o estás en el Amor. Pides claridad para ver mejor y salir del conflicto, y entonces se producen los milagros.

El milagro es ese momento en que ves a los demás desde la inocencia y tienes una sensación que, en terminología mundana, pudiera parecer magia. Pero no es más que (y recurro a una de mis expresiones favoritas), mirar de frente, y no por encima ni desde abajo.

Después empecé a poner acción en todo lo que yo daba. Porque, ¿realmente estaba dando o estaba regateando?

Cuando das disfrutas por el placer de dar. Dar es el regalo que te llevas tú, y no se puede medir con dinero.

Cuando regateas esperas algo de vuelta. Necesitas demostrar que eres tú (y no otro) quien ha dado, quien ha demostrado, quien ha estado apoyando.

Resumiendo, cuando das no te importa ser invisible. Pero cuando regateas, necesitas que alguien te esté mirando para sentirte especial.

¿Dónde escoges estar? ¿En la necesidad de regatear o en la Paz de dar?