Las relaciones son más bonitas cuando parten de un deseo genuino de compartir tu vida.
Cuando, desde el amor, eliges compartir tu tiempo en actividades y encuentros conscientes, con las personas que te aportan, y no simplemente porque:
– se supone que es lo que debes hacer.
– Deseas evitar un conflicto.
– Quieres dar una imagen determinada.
– Es tradición y siempre se ha hecho así.
– Qué dirán si no vas.
– Te han invitado varias veces y te sientes en compromiso.
– No puedes faltar.
– etc…
¿Desde dónde decides crear tus relaciones?
¿Eres realmente amigo-a de alguien cuándo haces las cosas por satisfacer a la otra persona y sin ganas?
¿Eres realmente amigo/a de ti mismo/a?